Auditorio Oval. Edificio de Posgrados de Ciencias Humanas
Universidad Nacional
Invitadas
OCHY CURIEL: Activista del movimiento feminista, de mujeres negras y del movimiento lésbico latinoamericano y caribeño.
BLANCA LILIA RODRÍGUEZ: Activista del movimiento de mujeres en Colombia y defensora de derechos humanos.
1. Reflexión sobre la diversidad al interior del feminismo y su “núcleo duro”. Está en boga el uso del plural Feminismos, como una forma de insistir en la diversidad de las apuestas políticas y de las variables explicativas al interior del paradigma. Aunque esta estrategia sirva para complejizar el escenario del feminismo, también deja una especie de sin sabor: el significado del feminismo aparece diluido, evaporado en sus múltiples apellidos (liberal, socialista, radical, de la diferencia, posmoderno, etc.). Frente a un panorama tan amplio y variado: ¿Qué es lo que hace posible englobar tantas tendencias en un paradigma común? ¿A qué nos referimos cuando hablamos de feminismo, en singular? ¿Cuál es y ha sido el “núcleo duro” de este proyecto histórico?
2. Reflexión sobre el carácter crítico y revolucionario del feminismo. Comúnmente, la pregunta por la emancipación o por la transformación social es abordada desde posturas de izquierda, que sitúan las reivindicaciones socioeconómicas en el corazón de las apuestas revolucionarias. Ya sea por desconocimiento o por desconfianza, los no-feministas suelen ubicar el feminismo al margen de la transformación social, como si sus apuestas quedaran reducidas a meros paliativos frente a la situación de las mujeres. En el mejor de los casos, se acepta que el feminismo es importante para un proyecto revolucionario, pero como mero complemento y no como una apuesta transformadora en sí misma. En el peor de los casos, se afirma que el feminismo es inofensivo para el statu quo, y que resulta totalmente compatible, incluso, con proyectos políticos no democráticos. En ese sentido: a. ¿Considera que el feminismo es un proyecto crítico en sí mismo? ¿emancipador? ¿revolucionario?; b.¿Qué pertinencia tiene para esta reflexión la distinción entre las diversas tendencias al interior del feminismo?; c. Tomando partido entre las tendencias, ¿qué variables feministas ofrecen una cara más transgresora, emancipatoria o revolucionaria?
3. Reflexión sobre las demandas y la agenda del feminismo hoy. Como feministas jóvenes, nos enfrentamos a la pregunta sobre una agenda feminista que responda a nuestro tiempo y al lugar desde el cual pensamos y actuamos. Las opciones más inmediatas que se nos ofrecen son, o un balanceo hacia las reivindicaciones más gloriosas y trasgresoras del movimiento feminista en el siglo XX, o las agendas actuales de la cooperación internacional y la institucionalización de género, o la inserción en un movimiento de mujeres que se resiste a llamarse feminista. Ninguna de las opciones parece completamente satisfactoria: las reivindicaciones del feminismo europeo y norteamericano resultan ajenas a nuestro contexto y poco precisas para un estado de cosas más complejo en el siglo XXI; la agenda de la cooperación internacional resta autonomía a las organizaciones de mujeres y ha desplazado el ánimo trasgresor del feminismo por una “perspectiva de género” institucionalizada; la apuesta del movimiento de mujeres, pese a su carácter popular, no ha priorizado la pregunta por las causas de la opresión femenina y mantiene el sesgo de “la clase” como el principal factor de opresión. En este marco, quisiéramos discutir con ustedes sobre los límites y aportes de los tres escenarios mencionados para la construcción de una agenda feminista que responda a las necesidades de su contexto. Nos preocupa especialmente que el distanciamiento entre estas opciones políticas, coincide con un distanciamiento entre la reflexión académica, las prácticas institucionales y los procesos populares.
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